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Visita el Parque Nacional Los Haitises, curiosa formación de roca cársica con paisaje y fauna muy peculiar, el Cayo Levantado, precioso islote en medio de la bahía de Samaná, la Cascada de El Limón, para conocer la vegetación típica de la zona y la vida sencilla y tranquila en los campos dominicanos.
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Descubierta por Cristóbal Colon en su segundo viaje a las Américas el 12 de Enero de 1493, la Península de Samaná fue el primer sitio del Nuevo Mundo donde los conquistadores españoles sufrieron oposición violenta. Los indios Ciguayos, antiguos habitantes de la zona, los recibieron a flechazos. Por este motivo a una parte de la bahía se le denominó el Golfo de las Flechas.
Durante 200 años (1600-1800), los gobiernos de España, Francia, e Inglaterra lucharon por el dominio de la península, dejando como beneficiarios de esta inestabilidad a los piratas y bucaneros franceses e ingleses, así como a los esclavos e indígenas alzados, quienes utilizaron la zona como refugio y centro para sus actividades. En 1625 ingleses y franceses, se posesionaron de la Isla de San Cristóbal (Sant Kitts) Antillas Menores, donde se dedicaron a la cacería de animales salvajes (bucaneros), a la piratería (filibusteros) o a la agricultura (hermanos de la costa). Muchos de ellos se establecieron en la Península de Samaná, formando pequeños núcleos urbanos como La Terrienne, Petit Port, Saint Capuce, La Basse Terre. Los filibusteros introdujeron el cultivo del coco, café, caña de azucar… quedandose hasta finales del siglo XVII, cuando el gobierno de La Tortuga ordenó su desalojo debido a la excesiva distancia del centro de operaciones filibusteras y bucaneras.
En 1690 el corsario Jack Banister combatió contra dos fragatas inglesas en el borde de un cayo al que se le llamo “Cayo Banister”, actualmente “Cayo Levantado”, visitado hoy por miles de turistas. Banister colocó los cañones de sus barcos en el cayo y con sus hombres se defendió, matando a más de doscientos de los marineros de Su Majestad.
A comienzos de 1700 el ayuntamiento de Santo Domingo propuso a España poblar la Península de Samaná de españoles para contener las continuas usurpaciones francesas. La zona fue poblada con numerosas familias venidas de las Islas Canarias. La ciudad de Santa Bárbara de Samaná, capital de la provincia, fue fundada el 21 de agosto de 1751, por el gobernador español Francisco Rubio y Peñarada.
En 1724 los españoles perdieron dos galeones: “Nuestra Señora de Guadalupe” y “Conde de Tolosa”, en los arrecifes cercanos a Miches. Habían buscado, sin éxito, refugio contra una tormenta. En 1782, el buque francés “Scipion” encalló en el, desde entonces llamado, Puerto de los Ingleses, en la costa Sur de la bahía, mientras luchaba contra tres barcos ingleses.
En 1783 en el poblado de Samaná existían cuarenta y nueve casas y unas doscientas quince personas. El interior de la península estaba deshabitado. En ese mismo año un antiguo pirata francés de nombre Juan, decidió “huir de sus compañeros refugiándose en un rincón de la península donde permaneció completamente oculto”. Al cabo de veintidós años este ermitaño fue descubierto por uno de sus antiguos compañeros. La ubicación del lugar donde residía Juan fue denominado Punta Ermitaño y el islote frente a la misma lleva ese nombre. Se encuentran a pocos kilómetros al Este de El Limón.
Con el Tratado de Basilea de 1795, Francia recibió la totalidad de la colonia española de Santo Domingo, incluyendo la península de Samaná, a cambio de ceder sus conquistas en los Pirineos a España. El gobierno francés quería construir, en el extremo de la bahía de Samaná, una ciudad “que pronto se convertiría en el almacén de todas las ciudades de Europa”.
El traspaso a Francia de la colonia española de Santo Domingo ocurrió seis años después de iniciarse la revolución francesa de 1789, hecho que pronto tendría enormes repercusiónes en la colonia de Saint Domingue, donde los esclavos se rebelarían exigiendo los mismos derechos de “libertad, igualdad y fraternidad”.
En 1793 Francia abolió la esclavitud en Saint Domingue.
En 1801 el haitiano Toussaint Louverture, aliado de Francia, invadió la parte oriental de la isla, controló las ciudades de Santo Domingo y Samaná. Sin embargo, Napoleón Bonaparte, quien había llegado al poder a finales de 1799, envió una flota con más de ochenta navíos y 58.000 hombres. La mitad de esa flota, encabezada por el general Leclerc, llegó a Samaná en Enero de 1802 y observándola Toussaint exclamó: “no nos queda nada más que perecer, toda la Francia ha venido a Santo Domingo para vengarse y acabar con los negros”. La guerra entre franceses y haitianos duró dos años (1802-1804). Los soldados de Napoleón, victoriosos en Italia y Egipto, no pudieron contra los negros haitianos, quienes tuvieron como aliada a la fiebre amarilla. Más de cincuenta mil franceses, incluyendo a Leclerc, perdieron la vida. Saint Domingue declaró su independencia el 1ro. de enero de 1804, adoptando el nombre de Haití.
El general frances Louis M. Ferrand tomó la ciudad de Santo Domingo en 1804, la cual fue sitiada, en mayo de 1805, durante tres semanas por veintiún mil haitianos, hasta la aparición de una escuadra francesa que se dirigía hacia el Oeste, hecho que estimuló a los haitianos a levantar el cerco y volver a Haití. Sin embargo, el ambiente tras el levantamiento del sitio era tal que muchos dominicanos y extranjeros optaron por emigrar. Ferrand trató de reconstruir la colonia promoviendo la plantación de café en Samaná, cuya población francesa en 1808 había crecido tanto que ordenó la confección de planos para una ciudad modelo en Santa Bárbara de Samaná, con jardines al estilo de Versailles, un palacio, un teatro, fuentes estanques y una Plaza de la Comedia que se llamaría “Puerto Napoleón”.
La resistencia de Sánchez Ramírez contra Francia se inició en 1808, año en que tuvo lugar la batalla de Palo Hincado, en la que los dominicanos derrotaron a los franceses. Un escuadrón inglés de cinco buques fue enviado desde Jamaica entrando en la bahía de Samaná el 10 de noviembre de 1808. Capturó cinco barcos y destruyeron el fuerte de Santa Bárbara. Los ingleses entregaron Samaná a Sánchez Ramírez “bajo la condición de que los derechos de los habitantes franceses serían respetados y sus propiedades mantenidas”. En ese momento la población de Santa Bárbara era de poco más de mil personas. Con la entrega de Samaná, los franceses sólo quedaron en posesión de Santo Domingo, hasta su rendición en julio de 1809.
La bahía y península de Samaná tienen un historial importante, lleno de curiosas anécdotas, pero indudablemente el período entre 1795 y 1819 fue el más interesante de todos, y fue durante esos conflictivos años cuando nacio el célebre pintor Theodore Chassériau.
Ocupación Haitiana
La declaración de independencia dominicana, diciembre de 1821, duraría muy poco y sería conocida como "La Efímera". Los pocos franceses que aún residían en Samaná, con el apoyo de españoles de Puerto Rico, enviaron un emisario a Martinica para que el almirante Jacob se trasladase a Samaná con sus barcos para ayudar a los dominicanos quienes estaban en peligro de una nueva invasión haitiana. Jacob llegó con sus buques, pero ante la amenaza del presidente haitiano Boyer de matar a todos los franceses aún residentes en la isla, optó por retirarse.
La ocupación haitiana duraría veintidós largos años.
Uno de los primeros actos de Boyer fue la construcción en 1822 de un fuerte en Los Cacaos. Un documento haitiano de esa misma fecha explica cómo en El Limón “se ha visto al comercio ofrecer suministros a grandes barcos y buques corsarios para sus correrías”. Para evitar esto los haitianos construyeron en la boca del río Limón un pequeño fuerte, con varios cañones. En 1824 el presidente haitiano negoció con cuáqueros de Filadelfia, un grupo religioso, el envío de unos seis mil esclavos libertos norteamericanos a la isla, radicándose unos doscientos de ellos en Samaná. Estos ex-esclavos pertenecían a la Iglesia Africana Metodista Episcopal y de esa forma surgió un nuevo núcleo ético con apellidos ingleses. En 1844 se adherirían a la causa independentista y en 1861 se opondrían a la anexión a España. Sus fiestas religiosas incluyen un culto anticiclónico ”storm meeting”, fiestas de cosechas, “watch nights”, etc. Algunos haitianos se establecierón en Tesón, al Norte de Samaná, conservando su lengua créole hasta mediados del siglo XX. Un tercer grupo, inmigrante de Turquía, angloparlantes y protestantes, también se radicó en Samaná.
Los esfuerzos por vender o arrendar Samaná
El cónsul francés Lavasseur sugirió a su gobierno negociar la península de Samaná a cambio de la reducción de una deuda contraída por Haiti. Por esa época se había localizado un depósito de carbón al sur de la península, el cual podría proveer de combustible a los barcos de vapor. El 27 de febrero de 1844 fue proclamada la independencia de la República Dominicana en la Puerta de El Conde. La independencia duró hasta 1861 cuando España reconquisto la parte oriental de la isla y mantuvo su hegemonía hasta 1865. Durante esta época intentaron restablecer la religión católica, cerrando todas las iglesias protestantes. Obtenida la independencia de Haití, fueron los propios dominicanos quienes trataron de vender la península y su bahía ya fuese a Estados Unidos, Inglaterra, Francia o España, a cambio de protección contra futuras invasiones haitianas.
En 1851 un censo de la ciudad de Samaná arrojaba 1721 almas entre las cuáles había trescientos ex-esclavos americanos. El resto eran dominicanos de origen francés o español. El cónsul ingles Sir Robert Schomburgk, visitó la bahía en 1853, explicando en un informe como “El Limón era el lugar donde se unían todos los caminos para proseguir hacia Matanzas, San Francisco de Macorís, etc.”. Agrega que en la desembocadura de río Limón todavía había tres cañones, pero estaban desmontados. Fue el primero en reportar los yacimientos arqueológicos y las pinturas rupestres en las cuevas de los Haitises. Se sorprendió de que cerca del poblado de Samaná le hablaron en inglés, español y francés.
Anexión a España
Con motivo de la anexión de la República Dominicana a España en 1861, buques españoles se trasladaron a la bahía, fortaleciendo las instalaciones en Cayo Levantado, Santa Bárbara de Samaná y Los Cacaos. Un reporte oficial español explicaba cómo en el pueblo de Samaná había entre trescientos y cuatrocientos personas, siendo la mayor parte negros de Florida, descendientes de haitianos y, por rareza, algún blanco”. Cuando los dominicanos derrotaron a las tropas españolas y lograron la restauración de su independencia, los esfuerzos por arrendar o vender la península continuaron. En 1868 se arrendó Samaná a los norteamericanos por US$2 millones, pero el gobierno dominicano que firmo el tratado, fue derrocado, por lo que el acuerdo devino inválido.
El presidente Buenaventura Báez firmó un tratado de anexión con Estados Unidos bajo el cual Washington podría tomar el control de la bahía de Samaná, lo que hizo ese mismo año. Pero gracias a la oposición del senador Charles Sumner, el acuerdo fue rechazado por el congreso norteamericano en 1870. Al año siguiente el gobierno de Washington decidió enviar a Santo Domingo una “comisión de investigación” para determinar si los dominicanos eran favorables o no a la anexión de su país a Estados Unidos. Esta comisión, que incluía científicos, periodistas y dibujantes, además de importantes personalidades políticas, visito Samaná haciendo los primeros dibujos de su ciudad que han sobrevivido al paso del tiempo, dando gran importancia a la bahía por su valor estratégico, diciendo que podría convertirse en “la principal estación naval de Estados Unidos en las Antillas”.
En 1872 la bahía fue arrendada a un grupo de capitalistas norteamericanos recibiendo el Estado el pago de su primera anualidad en 1873, pero al año siguiente el otro gobierno de Báez fue derrocado dejando a los capitalistas sin saber a que gobierno pagarle, esto fue aprovechado por los dominicanos para cancelar el contrato por haber sido violado.
El Ferrocarril
En 1869 el gobierno dominicano otorgó la primera concesión para el establecimiento de un ferrocarril entre Samaná y Santiago, pero no sería hasta 1882 cuando se comenzaría su construcción, iniciado las operaciones en 1888.
En esa época era el principal medio para exportar la producción agrícola del Cibao. El lugar denominado “Las Cañitas”, hoy la ciudad de Sánchez, sería el punto de llegada del tren. Se construyó un muelle donde llegarían los buques para recibir principalmente café y cacao. Esto estimulo la imigración de sirios, libaneses e italianos a Sánchez y Samaná. Durante algunas años Sánchez fue uno de los centros más cosmopolitas del país, dada la presencia de tantos extranjeros. El ferrocarril dejó de operar alrededor de 1966. Entre 1916 y 1924 la República Dominicana fue ocupada por infantes de la marina de los Estados Unidos, bajo el alegato de que tenían que asegurarse de que el país pagase su deuda a acreedores norteamericanos y protegiese a los norteamericanos residentes en el país. Durante ese período la marina norteamericana sondeó la bahía y preparo planes para defenderla de un ataque alemán. Se colocarían cañones en cayo Levantado y en los Cacaos para así bloquear al acceso a través de la única entrada de aguas profundas con que cuenta la bahía.
Trujillo y Balaguer
Entre 1930 y 1961 el país fue controlado por el cruel dictador Rafael Leonidas Trujillo, quien promovió las minas de mármol al Este de la ciudad de Samaná. Trujillo era anti-haitiano y cambió muchos de los nombres de lugares de la península pensando que eran haitianos, cuando realmente eran franceses. También prohibió a los descendientes de haitianos de Tesón hablar créole entre ellos. En 1946 Santa Bárbara de Samaná quedo prácticamente destruida por un incendio.
En 1966 llegó al poder Joaquín Balaguer, un intelectual que había servido a Trujillo y había estudiado en la Sorbona. Inspirado en el proyecto de la ciudad Napoleón de Ferrand, ordenó destruir todas las bellas y atractivas casas de madera de Santa Bárbara de Samaná, contemporáneas con las que todavía, por suerte, había en la ciudad de Sánchez. Tan sólo la fuerte oposición de los descendientes de los esclavos libertos norteamericanos logró que su venerable iglesia quedase intacta. Las viejas casas fueron sustituidas por modernas viviendas y edificios de concreto. Balaguer construyó un hotel en Santa Bárbara de Samaná, otro en cayo Levantado, así como un muy poco utilizado puente peatonal. Ordeno la construcción del aeropuerto de Arroyo Barril que, lamentablemente, nunca podrá recibir vuelos internacionales por lo corto de su pista. También construyo un muelle el cual, al igual que el aeropuerto, ha tenido poco uso.
A partir de los años ochenta el turismo internacional comenzó a llegar a la península, convirtiendo lugares como Las Terrenas, Portillo y Las Galeras en centros cosmopolitas. A finales de Noviembre del 2006 se ha inaugurado el Aeropuerto Internacional de El Catey, conocido como Samaná, a solo 10 minutos de Sánchez y a 40 de Las Terrenas. Actualmente se esta construyendo una autopista que permitirá el traslado desde la ciudad de Santo Domingo a la península en unas dos horas.
Población
Según el Censo Poblacional de 2002, la población de la provincia era de 91,875 personas: 46,738 hombres y 45,137 mujeres.
Relieve
Prácticamente toda la provincia es ocupada por la Sierra de Samaná; solamente al oeste de Sánchez se encuentran terrenos llanos, gran parte ocupada por el Gran Estero. La Sierra de Samaná llega hasta la costa, excepto en algunos lugares donde hay playas de interés turístico. La montaña más alta de la Sierra de Samaná (y de la provincia) se encuentra en la porción oriental y se llama La Meseta, con 650 metros de altitud.