La falta de idea acerca de Dios ha hecho de Dios una especie de tesoro que todo el mundo quiere encontrar, pero nadie tiene la mínima idea de su forma, tamaño o peso, color, ni de su valor real.
Los hombres primitivos entendieron que había alguien que guiaba la naturaleza y permitía que las cosas sucedieran; por eso, ellos fueron conectándose con la naturaleza en busca de ese ser que nadie conoció ni ha conocida hasta nuestro día. Mediante sus observaciones, ellos llegaron a conclusiones diversas, por lo que cada uno creó o inventó su propio Dios de acuerdo a sus propias vivencias y entendimientos.
En síntesis:
La búsqueda de ese ser que se llegó a llamar Dios por su supremacía general o capacidad inalcanzable, ha dado origen a diversas prácticas que llegó a inventar cientos de dioses, de los cuales algunos prevalecen hasta nuestros días. Pero, los intereses personales dentro de la religión ha obstaculizado la búsqueda sincera de ese SER que lo mueve todo; es pues donde las personas son manipuladas y sumergidas en la ignorancia; creyendo en los mitos y las leyendas inventos de los comerciantes de la fe.