No les regale tu tiempo a los mediocres perdidos en la religiosidad y el fanatismo religioso. Dedícate en la búsqueda del conocimiento para ayudar a aquellos que aun permanecen vírgenes en el campo de la ignorancia. Discutir con un ignorante religioso es lo mismo que volverse atrás luego de un rato en el cuarto privado; puesto que el fanático religioso es más ciego que aquellos que nacieron ciegos y por desgraciado o mala suerte, nunca han visto la luz del sol.
Un fanático religioso es tan cerrado que en su mente no cabe más que su propia ignorancia (los conocimientos mitológicos) aprendidos de otros ciegos e ignorantes como ellos, arrastrados por los siglos.
En esto sabrás quién es tu competidor o tu mentor; tu alumno o tu aguijón: Una vez saludas a un ignorantes religioso; un fanático de la religiosidad ciega: él te invitará de inmediato a compartir su ignorancia, y si la refutas; te tendrá como el hombre más inferior que haya conocido.
Es pues donde harás tuya la siguiente expresión: El que calla no siempre otorga; sino que no quiere discutir con ignorante; puesto a la larga, el ignorante te llevará a su nivel y allí te ganará por experiencia