El androcentrismo y el racismo son dos ramas cancerosas que siguen destruyendo al mundo; y son promocionadas directamente dentro de las organizaciones religiosas en contra de sus propios feligreses; pero la ignorancia no les permite a los feligreses ver la realidad por la vendas del fanatismo puede más que cualquier intento lógico racional.
Dentro de las religiones; la mujer ocupa un lugar muy por debajo de los hombres y eso lo podemos ver directamente en las propias biblias, donde hasta se le prohíbe a la mujer hablar en las reuniones y cultos religiosos.
No es un secreto para nadie de que los cristianos, los judíos y los musulmanes son las principales religiones que han creado esa cultura anti fémina; así como la cultura racista y la cultura bélica en el mundo. Eso se puede comprobar en cada capítulo en las biblias de cualquiera de las religiones ante mencionadas. Pero, las mujeres siempre han cedido ante los hombres, llevándose de las enseñanzas antiguas de sátrapas y androcentristas que nunca vieron a la mujer como un ser especial con igualdad de oportunidad y participación en todos campos del conocimiento; sino como una ayuda para el hombre, es decir, una esclava o servidora.
Por ignorancia, la mujer siempre se ha dejado sujetar y dominar como un caballo con una brida o un buey con un narigón; por lo que se lleva fácilmente a donde sea y cuando sea. Pero, lo peor del caso, no es haber sido menospreciada y desvalorada; sino que ella ha tenido una postura sumisa que se ha transmitido de generación en generación, por lo que hoy día podemos escuchar dentro de las congregaciones a mujeres diciendo y afirmando que el hombre es la cabeza y la mujer es una ayuda idónea (una servidora o una esclava).
No es un secreto, que las mujeres religiosas son las más sumisas y son quienes promueven silenciosamente el androcentrismo con sus creencias religiosas y con sus comportamientos frente a dicho mal que pone a la mujer en una posición muy desventajosa y en ocasiones, la compara hasta con animales domésticos.
En República Dominicana, nosotros estamos necesitando una revolución no guerrillera; sino ideológica, a donde se le abre la puerta a grandes debates de interés comunes; y que se les dé la participación abierta a las mujeres en todos los campos habido y por haber. No es por defender una posición ideológica; más bien por la gran realidad que estamos viviendo actualmente en nuestro país.
En la antigüedad, la mujer era una niñera, una cocinera, una planchadora o una simple barredora o servidora sexual semi-legal o legal que no tenía otra función más que la de cuidar la casa, mientras que el esposo salía a buscar el sustento de la familia; actualmente, es todo lo contrario; y en muchos casos una gran vergüenza para los hombres; ya que las mujeres están por ocupar las mejores posiciones en la empresas; aunque se mantiene todavía el ego masculino de que la mujer no tiene capacidad suficiente para dirigir y gobernar.
Los hombres están más enfocados en trabajos fáciles, dinero rápido, mucha bebedera y muchas parrandas, sin poder llevar las cuentas de la casa. Dichos problemas acompañados con los avances y el desarrollo propio del momento; han provocado a que la mujer se ve obligada a trabajar para aportar en los gastos de la casa; a veces ella es la que cubre todos los gastos, sea por la falta de un hombre o por la irresponsabilidad del hombre que se encuentra cerca de ella.
Además, la mujer se ha visto en la obligación de dar saltos gigantescos para darse a valer; pero, aún queda un largo camino por recoger, puesto que la religiosidad ha sellado la mente de las personas son sus dogmas y doctrinas orientadas a cegar a los individuos para utilizarlos y ponerlos al servicios de los líderes religiosos. Nada se queda en el aire por alto que hayamos tirado; por eso es que día a día se van levantando mujeres valientes y hombres que racionan y razonan también frente a los prejuicios contra la mujeres: y eso traerá en un futuro no muy lejano, a grandes frutos, donde veremos a una mujeres sentada en el Palacio Nacional, y los fieles seguidores del androcentrismo y las doctrinas demoníacas anti-féminas tendrán que ser echadas al zafacón con material no apto para la sociedad y su desarrollo.
Los hombres están más enfocados en trabajos fáciles, dinero rápido, mucha bebedera y muchas parrandas, sin poder llevar las cuentas de la casa. Dichos problemas acompañados con los avances y el desarrollo propio del momento; han provocado a que la mujer se ve obligada a trabajar para aportar en los gastos de la casa; a veces ella es la que cubre todos los gastos, sea por la falta de un hombre o por la irresponsabilidad del hombre que se encuentra cerca de ella.
Además, la mujer se ha visto en la obligación de dar saltos gigantescos para darse a valer; pero, aún queda un largo camino por recoger, puesto que la religiosidad ha sellado la mente de las personas son sus dogmas y doctrinas orientadas a cegar a los individuos para utilizarlos y ponerlos al servicios de los líderes religiosos. Nada se queda en el aire por alto que hayamos tirado; por eso es que día a día se van levantando mujeres valientes y hombres que racionan y razonan también frente a los prejuicios contra la mujeres: y eso traerá en un futuro no muy lejano, a grandes frutos, donde veremos a una mujeres sentada en el Palacio Nacional, y los fieles seguidores del androcentrismo y las doctrinas demoníacas anti-féminas tendrán que ser echadas al zafacón con material no apto para la sociedad y su desarrollo.
Yo me pregunto; ¿Cómo puede ser la mujer una simple ayuda y doña (ayuda idónea) para el hombre? La mujer debe reclamar su posición y defenderla con la ayuda de los hombres más leales en la defensa de los derechos de las personas sin demagogia ni malicias.
ABAJO EL ANDROCENTRISMO, NADIE ES MEJOR QUE NADIE NI NADIE ES SUPERIOR A NADIE