domingo, 31 de enero de 2016
sábado, 30 de enero de 2016
"El Exodo no existió", demostrado por el arqueólogo Israel Finkelstein |
miércoles, 27 de enero de 2016
Fue la última
La casa de la Isabel La Católica No. 308, donde actualmente se encuentran las oficinas del Instituto Duartiano y donde además funciona el museo de la familia Duarte, fue la última morada de los Duarte-Díez.
Desmiente a Balaguer
Joaquín Balaguer, en El Cristo de la Libertad, señaló que Juan Pablo fue alfabetizado por su madre, antes de asistir a la escuela particular de la señora Montilla. Guerra dice que era analfabeta.
Fuente: Periódico Hoy del 24 de Enero 2013
- Duarte pudo no haber nacido en Santo Domingo como se pensaba, nuevas investigaciones realizadas por el ingeniero Antonio Guerra Sánchez, afirman que la casa de la Isabel La Católica No. 308 fue adquirida por Juan José Duarte Rodríguez (padre de Duarte) “el 26 de agosto de 1829”, cuando ya Juan Pablo contaba con 16 años de edad.
- Duarte y Los Trinitarios fueron excomulgados de la Iglesia católica por su postura intransigente de fundar una nación soberana, para lograrlo, la Iglesia Católica, manipuló la conciencia religiosa del pueblo amedrentando con la “excomunión mayor de cualquiera clase de persona” que desobedeciera “los mandatos y órdenes, tanto del General de División, y jefe supremo Santana, como los de la Junta Directiva”, así como de cualquiera “que se mezclase en trastornar las disposiciones de nuestro sabio gobierno.”
- El Desempeño militar-naval del general Juan Pablo Duarte Diez, empieza a la edad de 21 años, en 1834, inicia como cabo (Fourrier) su entrenamiento militar como miembro de la Guardia Nacional. En el 1842 es ascendido a capitán; en el 1843, a coronel. El 14 de junio de ese año, el general Charles Herard Ainé, al tener la certeza de la obra conspirativa de Duarte, cancela su nombramiento.
- Al referirse a los poderes del Estado, Duarte considero que debía ser cuatro, incluir el Poder Municipal, tras haber sido influenciado por la política de Cataluña.
- Duarte, aunque fue proclamado presidente de la República en zonas como Puerto Plata, Santiago y Moca, no aceptó dicho cargo:
“La tranquilidad, el día de hoy, reina entre nosotros, una pequeña facción desde el mes de junio (no a favor de los haitianos) creada por la ambición, turbó el sosiego público y dio lugar a que en Santiago y Puerto Plata se nombrase, ilegalmente y contra los principios Presidente de la Republica a Juan Pablo Duarte”, Congreso Constituyente de San Cristóbal, 1844 (documentos varios) y Tribunado (actas de las sesiones) 1845-1853, Congreso Nacional, 1944).
Regreso contra la Anexión
Lic. Juan C. reyes (Historiador Venezolano)
“Las relaciones de mis viajes, las costumbres de los pueblos que visité, corrieron la misma suerte que mis trabajos sobre la Historia de mi patria (…), fueron destruidos”.
Familia de Juan Pablo Duarte |
De los Duarte el único que formó familia fue Vicente Celestino. Los demás murieron solteros. Rosa Duarte fue la prometida de Tomás de Ia Concha y de ella se dice que prefirió acompañar a su madre en eI destierro antes que casarse con su prometido. Francisca Duarte: acompañó a su hermana Rosa hasta que la muerte la separo de su lado (1889), y que al año siguiente la siguió a la tumba. Filomena Duarte: no tenemos ninguna información. Sandalia Duarte: la menor, diremos que falleció muy joven, probablemente a principios del I844; porque según Rosa participó en el consejo familar que se celebró en ese año. El 19 de Marzo del 1845 Santana expulsó del país a la familia Duarte. Aludiendo a esto dice el fundador de La Trinitaria: "...Supe que se habían expulsado algunas familias, y que como Rivier el año anterior; en el presente mi familia que se componía (porque los rnayores de 25 años estaban desterrados a perpetuidad) de mi anciana madre, cuatro hermanas, la mayor apenas contaba con 16 años, y cuatro niños el mayor de trece..." Refiere Rosa Duarte: que "cuando el Sr. Arzobispo Dr. Tomas de Portes, eI Pbro. Dr. Bonilla, Don Francisco Pou y otros preguntaban a la Junta Suprema la causa por qué se desterraba a una respetable anciana con sus niñas, amenazándolas en el pasaporte con que si no embarcaban el Gobierno se vería en el caso de emplear medidas coercitivas (?) Bobadilla les contestó: "Ellas fabricaron balas para la Independencia de la Patria, con más razón no escasearán medios ni recursos para la vuelta del hermano que lloran ausente". ¿Por qué eligió la familia Duarte a Venezuela y no a Puerto Rico, Cuba o Curazao, que eran lugares más cercanos?... Porque la madre de los Duarte tenia familiares en ese país que podrían ayudarlos en el destierro. El 6 de Abril del 1845 Duarte se reunió con su desterrada familia. Veamos, a. continuación, como nos describe el encuentro con ella y el comentario que hizo al enterarse de los sucesos: "Abracé a mi querida madre y hermanos en la Güaira y legué a ese Dios de justicia el castigo a tanta iniquidad, a tanta maldad...". Con la ayuda de su negocio el padre de Duarte adquirió una modesta fortuna que situó a su familia dentro de la pequeña burguesía de su época. Parece que entre los comerciantes de la ciudad de Santo Domingo gozaba de una buena reputación, de la que se hace eco Duarte en la carta que le dirigiera a su familia desde Curazao en el 1844, ya que en ella menciona el ilimitado crédito de su padre. La situación económica de la familia Duarte en Venezuela parece haber sido bastante buena del 1845 al 1867 porque Rosa Duarte en el 1865 compró una casa en Caracas, que diez años después vendió, y el propio Duarte al hablar de las diligencias que realizara para venir a la Patria, en el 1864, dice: "...a mi vuelta a Caracas vendí una casita en mil cien pesos::." Y en una acta notarial del 1867 aparece Duarte comprando una casita en Caracas. Parece que a partir del 1875, cuando los quebrantos de Duarte se agravaron, la situación económica de su familia se hizo sumamente mala. El Prócer pasó un año en lecho y con tal motivo sus hermanas tuvieron que hacer grandes sacrificios económicos y contraer deudas. Tres años después (1879) de la muerte de Duarte, le explicaban al Ayuntamiento de Santo Domingo, en carta que le escribieran, que "aun no habían podido pagar los gastos de su última enfermedad y entierro..." En 1883, José Prudencio Diez, tío de las hermanas Duarte, se dirigió. al Congreso Nacional en solicitud de ayuda para ellas, alegando que se encontraban "solas en tierra extranjera, sin abrigo y sin pan, rodeadas de las sombras de la miseria con un hermano menor a quien el horrible golpe del 1844 que hirió gravemente a toda la familia hizo de él víctima especial privándole del uso de la razón". En Agosto de 1884, (ocho años después de la muerte de Duarte), el Congreso Nacional dispuso que se les asignara a las hermanas Duarte, que ya eran unas ancianas, una pensión vitalicia de 45 pesos mensuales y se les diera la suma de dos mil pesos fuertes para que compraran una casa en Ia ciudad de Santo Domingo. Las ancianas Duarte agradecieron en eI alma el favor que se les hizo, pero no pudieron disfrutar del mismo porque al negarse Manuel, el hermano demente, a retornar a Santo Domingo, ellas como ya se dijo, prefirieron quedarse para no dejar desamparado en Venezuela a su hermano. Cuando en el 1884 el Ayuntamiento de Santo Domingo envió una comisión a Caracas para traer a la Patria los restos del Patricio, esta comisión pagó las deudas de las las hermanas Duarte y en el recibo que le entregaron a la comisión se expresaron así: "Obligadas por las circunstancias e impulsadas por nuestro imprescindible deber, (aunque con pena) les manifestamos que éramos deudoras al Sr. Marcos A. Guzmán de la cantidad de seiscientos pesos sencillos que nos había suministrado para atender a los muchos gastos que por espacio de un año tuvimos que sufragar en la asistencia de la penosa enfermedad y mas después en el entierro de nuestro hermano el General Juan Pablo Duarte (Q.D.E.P.). En virtud de nuestra manifestación los honorables diputados del ilustre Ayuntamiento de nuestra patria en su nombre y representación de nuestros conciudadanos nos ofrecieron y entregaron dicha cantidad mas arriba expresada, la que nosotras altamente reconocidas aceptamos, y con la cual hemos pagado al Sr. Marcos A. Guzmán, la sagrada deuda contraída por nosotras en el penoso y luctuoso lapso que tuvo por término vernos arrebatar (cuando menos lo esperábamos) el único bien que nos quedaba en la tierra" . Con la muerte de Manuel Duarte en el 1890 se extinguió la familia del Apóstol habiéndose legado a la posteridad un vivo ejemplo de patriotismo, abnegación y templanza. No quedaría completo este estudio de la familia Duarte si omitiéramos a sus tíos maternos Mariano y José Prudencio Diez, que ayudaron generosamente a sus sobrinos en diferentes formas. Mariano Diez nació en Santa Cruz del Seibo el 24 de Septiembre de 1794. Se trasladó a Caracas muy joven y allí vivió varios años. |
sábado, 23 de enero de 2016
Ojalá nunca se dé algo parecido en nuestro país.
lunes, 11 de enero de 2016
Viendo el comportamiento de las personas en los alrededores; podemos decir que en realidad hay personas que andan en las calles con la memoria vacía .
No entiendo cómo se le ocurre a una persona pisar a otra y seguir su camino como si nada hubiese pasado.
En los autobuses, se le tiran encima a las personas sin pedir disculpas.
No sé si que se ha perdido el razonamiento o es que la educación se ha vuelto deseducación.
Que alguien me diga...
martes, 5 de enero de 2016
Lunes 21 de diciembre de 2015
Santo Domingo, D.N.
Señor
Bruno Rosario Candelier
Director Academia Dominicana de la Lengua
Atención: Directiva ADL
Su despacho
Muy estimado académico y amigo:
Aprovecho la oportunidad para saludarle y a la vez explicarle el motivo de mi comunicación. Como muy bien usted sabe, la sociedad dominicana atraviesa por una profunda crisis de múltiple signo: cultural, moral, espiritual, económica, familiar e institucional. Ha sido convertida en un sociedad violenta y donde históricamente se ejerce y se ha ejercido la violencia en todos sus niveles. Somos el producto de esta violencia en todos los marcos y grados de la vida social, aunque clamemos a Dios y recemos todos los días. Pero nuestra sociedad no nació así. Ha sido su Estado y el Estado-Gobierno imperante los que la han convertido en violenta cada día debido a la inequidad, la injusticia, la inseguridad, la falta de derechos y oportunidades sociales y otros males que han logrado infectarla y ser lo que es hoy: un escenario de agravios, agresividad, muerte, criminalidad, robo, abandono moral, pérdida de la confianza y, sobre todo, delincuencia, privación de derechos constitucionalmente establecidos o determinados y, como muy bien usted sabe, corrupción institucional, política y gubernamental.
Es por eso que, en el orden pragmático y argumentativo, cualquier propuesta de reconocimiento, ponderación, consideración, encubrimiento, premio a un sujeto, debe ser estudiada y sancionada institucionalmente, no sólo en su “estado” sincrónico, sino también histórico y temporal.
La propuesta de incluir a un sujeto para un premio o reconocimiento desde nuestra Academia no debe ser ponderada “a la ligera”, sino de una forma sobria, juiciosa, racional y sobre todo normativa desde el punto de vista ético y moral. Al presentarse una propuesta de “premio” al consejo de dirección o directiva, ella debe ser acompañada de un protocolo “valorativo” del sujeto particular, para que así dicha valoración funcione en su intencionalidad y conformidad ético-moral.
En fecha 10 de diciembre, según comunicación enviada a mi dirección electrónica, se sometió a nuestro consejo un premio a favor del señor Marino Vinicio Castillo, un conocido abogado, político y polemista dominicano, con la predeterminada intención de “premiar” a dicho abogado por el uso correcto y ejemplar del idioma español. Claro está, dicha maniobra tuvo como artífice discreto y solapado al tesorero de nuestra Corporación, el señor Manuel Núñez Asencio, quien, siendo un conocido militante de la agrupación Fuerza Nacional Progresista (FNP), aspira a ser “diputado” por dicha organización político-partidista, y haciendo uso indebido de un estratégico tráfico de influencia, impuso por lo bajo esta propuesta oportunista y amoral, para autopromoverse políticamente, utilizando a la Academia Dominicana de la Lengua para este y otros propósitos de poder. Lo que significa un manejo también “amoral” de nuestra institución, a los fines de “maniobrar” y utilizar la respetabilidad de nuestra Corporación desde una perspectiva “politiquera” y gananciosa a favor de su persona.
Estimado Bruno Rosario Candelier:
La Academia Dominicana de la Lengua no es una corporación política o politiquera. Nuestra Corporación está conformada como una institución humanística, intelectual, profesional, educativa, cultural, crítica, formadora de sujetos públicos y privados, y en ella no deben tener lugar acciones dolosas, inmorales, amorales, politiqueras, sospechosas ni viciosas.
La República Dominicana y en particular nuestra Academia no debe reconocer, premiar o admitir a una persona porque utilice o “use” la lengua de manera correcta y ejemplar, pues el criterio de corrección y “ejemplaridad” no es suficiente para que nuestra Academia premie y reconozca a un sujeto solamente porque muestre un “uso” o fórmula comunicativa pública correcta para dirigirse a un sector u otro de la población.
Hablar “correctamente” no es una excepción, es más bien un deber ciudadano y cultural. Centenares de dominicanos y dominicanas, académicos y académicas ilustres serían también merecedores de un “premio” o reconocimiento social por el buen uso y el desenvolvimiento lingüístico a nivel de “habla”.
Pero nuestra academia no es una empresa “premiadora” o “reconocedora” de tal competencia o valor. Ella es un cuerpo científico y humanístico que debe tomar en cuenta la producción “escrita” de un intelectual en el ámbito de su instrucción lingüística.
Aparte de que semejante ponderación a favor del señor Marino Vinicio Castillo adolece de respaldo real, científico y académico, es bueno y saludable para nuestra corporación evitar el empoderamiento y encumbramiento de políticos disociadores, intrigantes, contaminantes, solapados y amorales que quieren utilizar nuestra respetabilidad académica para ganar nombradía o reconocimientos inmerecidos.
Pero, ¿por qué se premia a este político histriónico, megalómano, engreído y fabulador? El argumento es, según los firmantes, el siguiente:
“Por su condición de Maestro del derecho dominicano, su fecunda trayectoria en el ejercicio de la palabra con ejemplar exposición oral y escrita en enjundiosas disertaciones y edificadores artículos, su admirable oratoria y sus ilustradas charlas durante medio siglo en las que evidencia el uso correcto del idioma con riqueza de lenguaje y hondura conceptual, esta Academia honra con el Premio de La Academia A Marino Vinicio Castillo ( Santo Domingo, República Dominicana, 10 de diciembre de 2015”). El Premio y el diploma expedidos llevan la firma del Director de la ADL, Sr. Bruno Rosario Candelier (Director), el señor José Enrique García (Secretario) y del tesorero-miembro y aspirante a diputado por la FNP, Manuel Núñez Asencio.
Semejante argumento, decisión y premiación carece de un respaldo científico, moral y académico, por cuanto el mismo no toma en cuenta la productividad textual de la persona en cuestión, esto es, un expediente debidamente documentado para que de manera específica y atinada se le premie por su contribución lingüística o literaria en su práctica de abogado, político o polemista. Los discursos y escritos de Adolfo Hitler, Trujillo, Pinochet y los grandes tiranos del mundo moderno y contemporáneo han sido escritos de manera impecable, correcta y ejemplar, y no por ello han sido premiados o deben ser premiados por sus respectivas academias de la lengua por sus llamados “valores lingüísticos”. Los propósitos encaminados a premiar personalidades políticamente destacadas y por conveniencias grupales o partidistas constituyen una estafa moral a nuestro pueblo, habida cuenta de los muchos males que en el plano moral y social estos le han causado al país.
El otorgarle un reconocimiento a un político de la calaña del Dr. Marino Vinicio Castillo, justamente en un período electoral, coloca a nuestra corporación en un punto social oscuro que la contamina e infecta, y más si se trata del “móvil” de dicho premio o reconocimiento. Usted muy bien sabe que lo que conduce a este supuesto premio es la “presentación” del jefe de la FNP de un libro políticamente racista, excluyente, lleno de odio y violencia verbal que escribió el tesorero de nuestra Academia Manuel Núñez Asencio, aspirante a diputado al Congreso Nacional por el partido del abogado Marino Vinicio Castillo (FNP). El libro que se puso a circular en nuestra Academia el jueves 10 de diciembre del año en curso fue presentado por este “político dominicano”. Dicho libro, titulado La dictadura del débil,es un libro monotemático de un autor monotemático y cuyas obsesiones prototalitarias, racistas, antihaitianas y supuestamente “duartianas” son de todos conocidas. Este documento es un panfleto, un escrito insultante, acusador, plagado de improperios, prejuicios exterminadores, demagógicos e incalificablemente portador de un odio profundo y visceral hacia nuestro vecino país; libro incitador a la violencia, a la provocación; escrito irrespetuoso de toda autoridad moral y desconocedor del valor ciudadano, ético y moral; libro virulento y sin respaldo lingüístico-cultural serio ni responsable; libro “calculadamente” electorero, politiquero y sobre todo con defectos verbales de lengua, redacción, ortografía, estilo y grafémica.
Pero el “tesorero” de nuestra Academia quiere “pagarle” a su amo por esta calculada y gananciosa presentación de su libro y, tomándonos como peleles y tarados, nos implica en una maniobra indecorosa y amoral, utilizando nuestra Academia para catapultarse, encumbrarse en una próxima posición y función política como diputado.
Como miembro de número de esta venerable Corporación intelectual y sobre todo académica, estuve ausente el día de la convocatoria por motivo de compromiso docente en la UASD, donde por 28 años he ejercido la docencia. No pude faltar a un examen final debido a mi práctica ética y profesional como maestro de esa institución. Sin embargo, la convocatoria a esa reunión donde se le otorgó el Premio de la Academia al político y abogado referido no llegó a mi dirección electrónica acompañada de un expediente con documentos escritos (textuales) que demuestren el valor del contenido de dicha resolución de nuestra directiva. Ni tampoco de una Agenda (sic) que acompañe tal llamado o convocatoria con referencias, aportes, publicaciones o “valores escritos” que respalden intelectualmente la necesidad de la premiación en cuestión.
Estimado Bruno Rosario Candelier:
Usted no debe permitir que se utilice la Academia de la Lengua para semejantes maniobras personalistas, politiqueras y amorales. Es por eso que le pido ante todo cordura, sobriedad ante tal intento manipulador de otorgar reconocimientos y premios inmerecidos, sobre todo a “políticos” con una larga trayectoria de agravios al pueblo dominicano, pues usted sabe muy bien que esa “élite” se ha convertido en un cáncer social, una “plaga” devastadora que todo lo “pudre” en nuestra sociedad-cultura.
De ahí que, con su permiso y con el debido respeto, le hacemos un llamado a nuestra comunidad científica y académica para que juntos rechacemos, como en efecto lo estamos haciendo, este intento de agravio, daño y distorsión de nuestra función institucional y que, por lo mismo, preservemos nuestro espíritu formador, humanístico y promotor de los valores de libertad y moral de nuestra Academia. Rechazar esta “premiación” debe ser un deber ciudadano e institucional.
Atentamente,
Dr. Odalís G. Pérez