Ya analizados los conceptos básicos fundamentales anteriormente señalados, nos encontramos en condiciones de tener y/o hacernos una noción general de los valores y principios éticos y morales en virtud de los cuales debe enmarcarse y desenvolver la actividad profesional de toda persona, con independencia del campo profesional y del conocimiento al cual pertenezca, y en el cual desempeñe sus labores. La Ética Profesional. Se puede definir la ética profesional como "la actividad personal, puesta de una manera estable y honrada al servicio de los demás y en beneficio propio, a impulsos de la propia vocación y con la dignidad que corresponde a la persona humana".
La ética profesional en estricto rigor no solo debe abarcar las carreras universitarias, sino también los oficios y trabajos permanentes y remunerados, aunque no requieran un título universitario.
En virtud de su profesión, una persona ocupa una situación en la sociedad que le confiere deberes y derechos especiales, como por ejemplo:
1.- La Vocación, que importa la elección de la profesión debe ser completamente libre. La vocación debe entenderse como la disposición que hace al sujeto especialmente apto para una determinada actividad profesional.
2.- Finalidad de la Profesión, que no puede tener sino su trabajo otra finalidad que el bien común. Sin este horizonte y finalidad, una profesión se convierte en un medio de lucro o de honor, o simplemente, en el instrumento de la degradación moral del propio sujeto.
3.- El Propio beneficio, ello significa que es de suma importancia tener en consideración el agrado y utilidad de la profesión; buscando en todo momento evitar inclinarse por la propia imperfectibilidad de la naturaleza humana inclinarse a la consideración de su provecho personal, gracias a su profesión.
4.- Capacidad profesional, todo profesional debe ofrecer una preparación especial en dos sentidos: capacidad intelectual y capacidad moral. La capacidad intelectual consiste en el conjunto de conocimientos que dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar sus labores. Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los estudios universitarios. La capacidad moral es el valor del profesional como persona, lo cual da una dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo, digna del aprecio de todo el que encuentra. Abarca no sólo la honestidad en el trato, no sólo en el sentido de responsabilidad en el cumplimiento de lo pactado, sino además la capacidad para abarcar y traspasar su propia esfera profesional en un horizonte mucho más amplio, hacia la búsqueda y construcción de una sociedad más justa y equilibrada. El profesional debe ejercer su función desde la más estricta honradez y fidelidad a los principios.
Junto a los conocimientos y habilidades para el buen desempeño, los profesionales deben caracterizarse por sus principios éticos y morales, por su honestidad a toda prueba, por su incorruptibilidad, por su disciplina, su espíritu colectivo, por su austeridad, modestia y estilo de vida sencillo. El ejercicio profesional demanda un amplio campo de autonomía, tanto personal como del colectivo en su conjunto, cuyo correlato es la asunción de las responsabilidades inherentes al desarrollo de la actividad.
La ética profesional importa una condición sine qua non que es la llamada RESPONSABILIDAD PROFESIONAL, puesto que la responsabilidad ética y moral de todo profesional proviene del conocimiento especial que cada uno posea. Por esta razón el profesional debe dominar una parte especial del conocimiento avanzado, particularmente conocimiento que tiene que ver con el bienestar de los otros, que demarcan una profesión.
Los profesionales como garantes del conocimiento especial que influye en el bienestar humano, están obligados por responsabilidades morales especiales, que son requerimientos morales, a aplicar a su conocimiento, de forma que beneficie al resto de la sociedad.
Dicho lo anterior, podemos diferenciar la Ética Profesional de la Deontología Profesional.
La Ética Profesional, tiene por objeto y finalidad centrarse sobre todo en perfilar y definir el bien de una determinada profesión, no sólo el personal del propio profesional, sino especialmente su aportación al bien social o común. En otras palabras: la ética profesional sería la expresión de las diversas y plurales éticas de máximos existentes en todos y cada uno de los profesionales de cada especialidad.
La Deontología Profesional. La palabra deontología procede del griego: todeon - lo conveniente, lo debido - y logía - conocimiento, estudio -; lo que significa, en términos generales, el estudio o la ciencia de lo debido.
El objeto de estudio de la Deontología son los fundamentos del deber y las normas morales.
El concepto de deontología fue acuñado por Jeremías Bentham en su obra Deontología o ciencia de la moral "Science de la Morale" en París en 1832, donde ofrece una visión novedosa de esta disciplina.
Para Jeremías Bentham, la deontología se aplica fundamentalmente al ámbito de la moral; es decir, a aquellas conductas del hombre que no forman parte de las hipótesis normativas del derecho vigente, aquellas acciones que no están sometidas al control de la legislación pública. Esto sugiere una de las intenciones de la redacción de los códigos deontológicos: explicitar la dimensión estrictamente moral de una profesión, aquellos comportamientos exigibles a unos profesionales, aunque no estén delimitados jurídicamente, o quizá, por ello mismo.
En tal sentido, puede definirse la deontología profesional como aquella disciplina que tiene por objeto y finalidad ocuparse de obligaciones propias de dicha actividad. Es decir, la deontología profesional expresaría la ética de mínimos que todas las profesiones y profesionales comparten y están obligadas a cumplir a pesar de sus diferencias.
Así el término deontología profesional hace referencia al conjunto de principios y reglas éticas que regulan y guían una actividad profesional. Estas normas determinan los deberes mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su actividad. Por este motivo, suele ser el propio colectivo profesional quién determina dichas normas y, a su vez, se encarga de recogerlas por escrito en los códigos deontológicos.
He ahí la importancia de no confundir la deontología profesional con ética profesional, puesto que la ética profesional es la disciplina que estudia los contenidos normativos de un colectivo profesional, es decir, su objeto de estudio es la deontología profesional, mientras que, la deontología profesional es el conjunto de normas vinculantes para un colectivo profesional.
Diferencias entre la ética profesional y la deontología profesional
1.- La deontología profesional está orientada al deber, mientras que la ética profesional está orienta al bien, a lo bueno.
2.- La deontología profesional está recogida en normas y códigos deontológicos, la ética profesional no se encuentra recogida en normas ni en códigos deontológicos, está relacionada con lo que piensa el propio individuo: conciencia individual/profesional.
3.- La deontología profesional está constituida por las normas y códigos mínimos aprobados por los profesionales de un determinado colectivo profesional (por ejemplo: periodistas, médicos, abogados, ingenieros, etc.), mientras que no es exigible a los profesionales de un determinado colectivo.
4.- La deontología profesional se ubica entre la moral y el derecho, la ética profesional es parte de la ética aplicada.